martes, 25 de agosto de 2020

La Nueva Normalidad

Nos tambaleábamos entre la ambigüedad, lo absurdo y la Ciencia Ficción; nada vino como habíamos planeado, pero todo cayó de la forma en que merecíamos. Una vez me preguntaste por qué quemábamos bosques y no incendiábamos todos los telediarios, y antes de que te respondiese nos dimos de bruces con la tan mal sonada Nueva Normalidad.

Así nació el silencio, la mortaja como prevención, la muerte diaria orbitando como migas alrededor de la mesa. Así decrecieron casi todos los demás y también nosotros dos: a la puta velocidad de la luz en el rostro de una vela. La mejor distopía de nuestras vidas, la salvaje rutina del día a día en el mecanismo de un reloj, la absurda tentación de la ira en un espejo roto, la carencia de la risa, la ausencia de color.





miércoles, 19 de agosto de 2020

De Viaje

Atravieso el Puerto que me lleva de camino a la que siempre fuese mi tierra. Pienso en las ganas que tengo de llegar pero también de deshacerlo. Ahora ya no sé ni dónde ni cómo vivo. Ni siquiera Robe Iniesta me convence al oído con su: «perdido entre montañas no conozco este lugar», porque creo conocer todas y cada una de ellas. Son preciosas, casi tanto como tú. A través de la ventana del autobús el sol parece aún más agresivo y sale cada dos por tres para recordarme que ahí arriba, una vez, tuvimos nuestra Casa. Y quema.


Los asientos van prácticamente vacíos y he corrido las cortinas de par en par, para que entre toda esa luz que nos cegaba cada mañana. Aún sigue tu olor en el asiento de al lado y recuerdo a Borges y su: «Al cabo de los años he observado que la belleza, como la felicidad, es frecuente. No pasa un día en que no estemos, un instante, en el paraíso». Aunque tú creas que siempre estuvimos en el infierno.


Sí, sigue quemando, pero te prometo que ha vuelto a ser el sol haciendo de las suyas entre la nieve y el cristal. A cierta altura el suelo no me da miedo, la carretera sigue siendo igual de peligrosa que siempre pero me tranquiliza saber que ahora que no vienes tú no puede pasarte nada en ella. Maldito paisaje, ¿Cómo demonios puede caber tanto color verde y albergar, a su vez, tan poca esperanza?