martes, 25 de agosto de 2020

La Nueva Normalidad

Nos tambaleábamos entre la ambigüedad, lo absurdo y la Ciencia Ficción; nada vino como habíamos planeado, pero todo cayó de la forma en que merecíamos. Una vez me preguntaste por qué quemábamos bosques y no incendiábamos todos los telediarios, y antes de que te respondiese nos dimos de bruces con la tan mal sonada Nueva Normalidad.

Así nació el silencio, la mortaja como prevención, la muerte diaria orbitando como migas alrededor de la mesa. Así decrecieron casi todos los demás y también nosotros dos: a la puta velocidad de la luz en el rostro de una vela. La mejor distopía de nuestras vidas, la salvaje rutina del día a día en el mecanismo de un reloj, la absurda tentación de la ira en un espejo roto, la carencia de la risa, la ausencia de color.





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